#ElPerúQueQueremos

EL POST KUCZYNSKI Y LA REGIÓN LORETO

El presidente Martín Vizcarra en su primer año de gobierno:

Publicado: 2019-03-24

Hace exactamente un año -23 de marzo del 2018- los peruanos experimentamos un brusco, pero necesario cambio de liderazgo en el gobierno nacional. Pedro Pablo Kuczynski, en medio de las pifias y protestas callejeras por incumplir su promesa electoral de mostrar más decencia en la política peruana, renunció al poder, dejando al país sumido en una de las mayores crisis política de nuestra historia republicana. 

Como mandaba la constitución, ante estos casos, el primer vicepresidente tomó el mando del gobierno, para concluir el periodo constitucional de cinco años (2016-2021). La era Kuczynski llegaba aparentemente a su fin y su partido Peruanos Por el Kambio (PPK), camino a la extinción. El ingeniero Martín Alberto Vizcarra Cornejo, en su primer discurso al congreso, como flamante nuevo presidente constitucional, resaltó que asumía el poder en un momento muy difícil de inestabilidad y zozobra política, de enfrentamientos, odios y confrontaciones que hacían olvidar las necesidades demandas y aspiraciones de cada uno de los peruanos. Vizcarra planteaba en ese entonces, una refundación institucional del país en que la democracia y el respeto por el prójimo sean banderas prioritarias (Primer Discurso en el Congreso de la república, 23 de marzo del 2018).

Recordemos, que el partido de Kuczynski, había llegado al poder vía elecciones generales del 2016, ganando en segunda vuelta por un estrecho margen a la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Sofía Fujimori Higushi. Los loretanos manteníamos una aceptable esperanza, porque un hijo de un médico famoso que atendía leprosos en San Pablo, había llegado al poder. Todo parecía ir bien, hasta que se descubrieron serios indicios de corrupción en el pasado del presidente de lujo, cuando fuera ministro de economía y premier en el gobierno del ahora prófugo Alejandro Toledo.

La oposición congresal, liderada en la sombra por la hija del dictador Fujimori, con la sangre aún en el ojo al no aceptar nunca su derrota electoral, montó una maquinaria política para vacar el presidente. En su desesperación por mantener el poder a como dé lugar, Kuczynski, indultó a Alberto Fujimori como queriéndose salvar de ser desaforado, y de pasada, congratularse con el fujimorismo. Los videos-mamanis (filmados por el congresista Moisés Mamani) lograron desbaratar esta coartada, develando, que el pasado montesinista de la política peruana, tenía discípulos de lujo, pues aún se compraban y se vendían congresistas al mejor postor con tal de salvar los intereses personales y de grupo.

Con la soga al cuello, y con el pueblo movilizado, pidiendo que se vayan todos, el presidente Kuczynski renunció a la presidencia. Recordemos que, en ese entonces, el congresista Jorge Meléndez Celis, hermano del entonces gobernador loretano, era ministro del MIDIS, perdiendo su soñada cartera ante esta dimisión inevitable de Kuczynski.

Es saludable recordar que, desde los intereses de Loreto, los hermanos Meléndez, tenían todo el poder regional y hacían y deshacían a su antojo en esta zona tri-fronteriza. Es que los Meléndez, oportunistamente, habían hecho alianza política con Kuczynski desde las épocas de la campaña electoral regional y local del 2014, cuando ganara las elecciones el tristemente célebre movimiento MIL (Movimiento de Integración Loretana). Kuczynski estuvo en el mitin de cierre de campaña del candidato favorito, Fernando Meléndez.

Llegada las elecciones generales del 2016, el ingeniero forestal Jorge Meléndez, logró de la mano de Kuczynski una curul parlamentaria, sellándose una alianza política del MIL con el gobierno de PPK. Dada la crisis de los ppkausas en el poder, con la renuncia de Kuczynski, Los Meléndez lograron reacomodarse oportunistamente con el nuevo presidente, tanto es asi que a un año del gobierno del presidente Vizcarra, el hermanísimo congresista, mantiene aún su poder en la prefectura y las respectivas sub prefecturas provinciales y distritales de toda la región loretana.

En este primer año de gobierno del presidente Martin Vizcarra, el momento quizá más importante de su gestión, fue su decidida lucha anticorrupción a raíz de los CNM audios de la vergüenza. Se develó por primera vez, la podredumbre de la justicia peruana asaltada impunemente por bandas de delincuentes de cuello blanco y corbata elegante. Esta lucha tuvo el respaldo esperado del pueblo peruano consolidándose en el referéndum de octubre del año pasado, cuando se consultó a los ciudadanos de a pie, si aprobaba o no la reforma judicial y política pendiente camino al Bicentenario. El Sí-Sí-Sí-No, ganó abrumadoramente.

Contradictoriamente, mientras el presidente de la republica lideraba esta gesta anti corrupción, los Meléndez en Loreto hacían todo lo contario, sosteniendo una gestión regional salpicada de denuncias por corrupción y manejando a su antojo las instancias de representación política presidencial para sus fines partidarios. Los Meléndez, el hermano Fernando en los últimos días de su cuestionado gobierno regional y el hermanísimo congresista manteniendo su poder en la prefectura, son parte de este balance negativo de la gestión de Vizacarra, una región en donde no se da aún el quiebre y deslinde con la corrupción.

Con la actual baja de la popularidad del presidente Vizcarra, por mantener aún alianza con el pasado corrupto de la era Kuczynski, y por no hacer los cambios estructurales más profundos que la región y el país necesitan, el gobierno actual, si quiere llegar al 2021, tiene que revisar su accionar para que el estado llegue a los rincones más apartados de la Amazonía. Atender, por ejemplo, las demandas de los sectores en conflicto, como los nativos y su pedido de no más petróleo con hambre, miseria y contaminación irresponsable; también asistir con prioridad a los sectores estatales en movilización, como los maestros, que exigen un mejor trato laboral por parte de un estado que les ningunea.

En este nuevo año de gobierno nacional liderado por el presidente Vizcarra, Loreto seguirá esperando las decisiones de un mandatario que haga el quiebre pertinente, por una Amazonía atendida en sus demandas más urgentes, libre de la corrupción, camino al Bicentenario digno. Así sea.


Escrito por

ADOLFO RAMIREZ DEL AGUILA

Natural de Tarapoto, docente de Educación Religiosa en una escuela pública de Iquitos y licenciado en Ciencias Sociales por la UNAP.


Publicado en

LA FE CALLEJERA

Es una publicación dedicada a destacar el "Efecto Francisco" desde las periferias amazónicas peruanas.